Disgregatio 60: "HUELLAS"






Soñé que tenía un huerto de coliflores, orugas verdes y un espantapájaros guardián, donde se posaban los cuervos.

Soñé saltar sobre un  inmenso arcoiris  en el océano,  sin lluvia. Quebrado en su centro.

Soñé con la luna, manida de estar llena, pintada de amarillo.

Soñé tu ángel sobre la nieve y mi abrigo mojado. Los copos sabor a cielo.

Soñé enviar aquella carta, esa que nunca llegó. 
Sin dirección.

Sí, eso fue lo que soñé...




Comentarios

  1. En verano evoco el invierno con una textura distinta a cuando llegue, a la que tuvo cuando fue presente. Sólo el recuerdo aclara lo vivido, lo limpia de lo accidental. A mí me gusta en Junio pensar en el frío acuchillador de diciembre, en el olor de mi pueblo en Navidad, en los abrigos y las chimeneas. Tengo la impresión de que eso ocurrió hace siglos y de que siglos tardará en volver a ocurrir. Sé que el verano de piscina y manga corta que vivo ahora será recordado del mismo modo meses después, como un tiempo que no podría ser presente nunca...

    Un abrazo fuerte.

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  2. El presente.... Siempre me ha costado encontrar el lugar del presente. Por su propia naturaleza, deja de serlo en el mismo instante que se produce. Estas mismas líneas escritas en este preciso instante, dejan de ser presente y ya son pasado. Fueron futuro todo el tiempo que han estado dando vueltas en mi mente. Si, definitivamente, me cuesta ubicar el presente. ¿Será escribir un modo de perpetuar presentes? Presentes que no lo son hasta que son leídos y que lo son en el instante que se leen...
    Juan, siempre me haces pensar.
    Un abrazo grande.

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